Diferencia entre Pensar y Reflexionar

Pensar es una acción casi siempre involuntaria. No somos conscientes de muchos de nuestros pensamientos, porque estos suelen ser generados por los programas que tenemos instalados en nuestro disco duro mental, desde muy temprana edad. En cambio, la reflexión sí es una actividad consciente. 


Ahora comprendes que la reflexión es una actividad más compleja que un simple pensamiento. Para reflexionar tenemos que pensar, sí. Pero para pensar, no es necesario reflexionar. Algunas personas creen que pensar largo tiempo sobre un tema es una señal de que están reflexionando. No se dan cuenta de que pensar no es reflexionar.


Reflexionar es un acto consciente, en el que tomamos control sobre nuestros pensamientos. Es un proceso mental, que nos lleva a generar preguntas transcendentales para conocernos mejor y comprender nuestro entorno. Consiste en pensar, pero no de cualquier manera. Es pensar con detenimiento y cuidado, para no reaccionar de forma automática, controlados por un sistema de creencias limitante.


Nuestro sistema de creencias es el resultado de las ideas que nos han inculcado padres, familiares, amigos, maestros y otras figuras con credibilidad. También incluye las creencias de nuestro país y otros grupos de pertenencia y, las más arraigadas de todas, las creencias religiosas.


Todas esas creencias conforman nuestra verdad individual, la cual es diferente en cada ser humano. No vemos la realidad como es, sino tal como somos nosotros. Todo depende del entorno donde nacimos y crecimos. Pero, por lo general, no somos conscientes de todo lo que creemos. Nuestras creencias nos afectan de forma inconsciente.


Por esa razón, insisto en que debemos superar nuestros sistemas de creencias para generar reflexiones transcendentales, que nos permitan subir de nivel. Todas esas creencias individuales están en nuestra mente. Son las que dan vida al personaje que representamos, en esta obra de teatro que llamamos ‘vida’. Sin embargo, cada vez que basamos nuestros pensamientos en el personaje que tenemos configurado, nos alejamos de nuestra verdadera esencia.


Pero no quiero ser confuso. Ojo: no afirmo que tus creencias actuales sean malas. En realidad, gracias a ellas eres quien eres. La propuesta es quitarle el poder que tienen sobre ti; no permitir que distorsionen tu percepción de la realidad. Es salir de la burbuja, ¿recuerdas?

 

Pensamientos que nos separan o nos unen

Hay una clave que debes tener siempre presente: Todo pensamiento que te separe de otros seres humanos te aleja de la conexión con tu verdadero ser. Y, en cambio, todo pensamiento que te haga sentir en unión con otras personas es un pensamiento que te conecta.


Discriminación, xenofobia, racismo, homofobia, fanatismo religioso y, en general, todo tipo de intolerancia hacia otros seres humanos, son pensamientos que nos desconectan de nuestra esencia divina.

 

Pensamientos horizontales o verticales

Se puede decir que existen dos tipos de pensamientos. Por un lado, tenemos los pensamientos horizontales: aquellos que nos mantienen en el mismo nivel de conciencia en el que estamos actualmente. Y existen también pensamientos verticales, que nos permiten cambiar de perspectiva y expandir nuestra conciencia.


Generalmente, las preguntas verticales comienzan una vez que nuestra conciencia ha despertado.

 

Respuestas horizontales o verticales

En el momento en que nos hacemos preguntas verticales, debemos estar alertas. Si las respuestas provienen de nuestro sistema de creencias limitado, simplemente no estaremos saliendo del estado de conciencia en el que ya nos encontramos.


Es cierto, es importante hacernos preguntas verticales es para expandir nuestra conciencia. Pero más importante aún es arribar a respuestas verticales. De lo contrario, no estaríamos avanzando. Con respuestas verticales, me refiero a aquellas que están por encima de nuestra percepción cotidiana. No están condicionadas por los cinco sentidos ni por una razón controlada por creencias.


Ejemplos de preguntas verticales: ¿Quién soy? ¿Para qué estoy aquí? ¿A dónde voy? Son preguntas profundas, que pueden llegar a ser transcendentales en nuestras vidas, siempre que las respuestas no provengan del hemisferio izquierdo del cerebro.


Nuestra mente racional podría dar respuestas horizontales: ¿Quién soy? Daniel López de Medrano, comunicador social. ¿Para qué estoy aquí? Para escribir un libro sobre la reflexión. ¿A dónde voy? Al terminar este capítulo, iré al cine con mi hijo. Puedes observar cómo estas respuestas no nos llevan a ningún lado. Quedamos donde estábamos, porque las respuestas fueron dadas desde el personaje.


Con estos ejemplos, espero haber aclarado la importancia de mantenernos alertas. Estas sencillas respuestas muestran cómo nuestra mente racional puede quitarles todo el poder a las preguntas verticales. Nuestro personaje maniobra para que no nos demos cuenta de quiénes somos en realidad.


Cuando experimentamos una realidad basada en respuestas verticales, fruto de nuestras propias reflexiones, trascendemos el personaje; comenzamos a percibir una realidad diferente. Pero no fue nuestro entorno el que cambió. Fuimos nosotros, internamente.


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Gracias a todos por formar parte de mi realidad.

Les envío un abrazo energético.

Daniel López de Medrano

Escritor & Conferencista

www.Lopezdemedrano.com


Fuente:

Texto extraído del libro "El Poder de la Reflexión